Foto de grupo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con los presidentes de las comunidades autónomas que asistieron ayer al debate en el Senado.

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, inició la primera de las tres jornadas del Debate con una intervención en la que anunció que su Gabinete estudia pasos concretos para avanzar en el desarrollo autonómico y afirmó que todo lo que defiende sobre las autonomías respeta la Constitución: «no hay cambio de rumbo». En contreto, Zapatero propone un pacto con todas las autonomías para reformar la financiación.

Los anuncios de Zapatero no convencieron a los presidentes de las CCAA gobernadas por el PP y todos se expresaron en términos similares para evaluar la intervención del jefe del Ejecutivo: «decepcionante» y «alejado de los verdaderos problemas de los ciudadanos». En un turno de réplica final, el presidente de la comunidad de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, criticó a Zapatero por «echar la bronca» a los presidentes del PP «porque decimos cosas que no le gustan», y le acusó de «eludir responsabilidades» ante problemas concretos como la escasez de agua.

También tuvo unas «palabras» para el PP, al que atribuyó la responsabilidad de que en algunas autonomías haya «aflorado con más fuerza» el deseo de reformar sus estatutos, debido al «deterioro infligido» al Estado autonómico durante sus ocho años de Gobierno. Zapatero anunció la apertura de un debate sobre la reforma del sistema de financiación autonómica -que confió en poder resolver con una solución similar a la acordada sobre la financiación sanitaria- y la creación de una ponencia en el Senado para analizar las reformas constitucionales y en particular la de la propia Cámara Alta.

El Estatuto de Catalunya estuvo presente en el Debate aunque en menor medida de lo que se esperaba. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien se dirigió a los presentes principalmente en la lengua cooficial de su comunidad -como luego hicieron el gallego Emilio Pérez Touriño y el valenciano Francisco Camps- manifestó sentirse «más catalán y español» que nunca, expresó el apoyo de su comunidad a Zapatero por su «coraje político» al abordar las reformas que profundizan en el desarrollo autonómico y se mostró dispuesto a asumir su «responsabilidad» de explicar, «tanto como sea preciso», las aspiraciones catalanas que recoge el proyecto de Estatut.

Ese asunto, al margen de algunas referencias aisladas, volvió al centro de debate ya a última hora un réplica solicitada por Zapatero y que no estaba inicialmente prevista.