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El presidente catalán, Pasqual Maragall, llamó ayer a CiU a «no romper las filas» de la unidad catalana en torno al Estatut, un ruego al que el líder de la coalición, Artur Mas, respondió advirtiendo de que planteará «retirar el Estatut» si no hay un acuerdo satisfactorio sobre la financiación.

En la última sesión de control del año, el presidente de CiU aprovechó para quejarse por el modelo de financiación propuesto por el Gobierno, al que se oponen «CiU, sus socios y del que están a favor Piqué, Zaplana y Acebes», dijo Mas.

Mas lanzó este aviso en la sesión de control en el Parlament al presidente de la Generalitat, en la que Maragall se mostró dispuesto a convocar, si hace falta, a los partidos catalanes que apoyaron el Estatut a un encuentro para visualizar la unidad en la negociación del texto en Madrid.

Maragall, que reprochó el «tremendismo» de CiU, subrayó que no aceptará un modelo de financiación para Cataluña «supeditado» a la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) y opinó que «hay margen» para un acuerdo «aceptable» en materia de financiación.

Maragall dejó claro que el documento del Gobierno está «muy alejado» del modelo de financiación incluido en el Estatut, pero comentó que «nadie se hacía ilusiones de que el camino del Estatut sería fácil», y a continuación recordó a Mas que «no nos distraemos» y que «haremos todos más fuerza juntos que por separado».

Por ello, pidió a Mas que «su grupo -CiU- no rompa las filas de la posición unánime» del 'cuatripartito' en torno al Estatut, a lo que Mas le respondió que CiU «ya está apretando» para lograr el máximo para Catalunya en la negociación y que lo seguirá haciendo «con todo el énfasis».

Acto seguido, sin embargo, sentenció que «si la propuesta de financiación y el Estatut en su conjunto, pero sobre todo la propuesta de financiación, no sale satisfactoriamente bien para Catalunya, CiU, lamentándolo mucho, tendrá que plantear en este Parlamento la retirada del Estatut, y en estas condiciones le pido que no ponga impedimentos».

Maragall opinó que Mas «extremaba» su posición por tratarse del último pleno del año y le recordó el «tremendismo por parte de ustedes, no últimamente, pero sí en junio o julio» al referirse al Estatut.

En este sentido, Maragall le leyó una retahíla de titulares de antes del verano en los que dirigentes de CiU expresaban su pesimismo sobre la aprobación del texto estatutario, y subrayó que «supongo que me admitirá que el tremendismo de aquel momento ahora ya no lo puede mantener».