José Blanco, Zapatero y Chaves, durante la reunión del Comité Federal del PSOE.

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, proclamó ante el Comité Federal del PSOE que Catalunya no debe «estar permanentemente enfrascada en el reconocimiento de su identidad», a pesar de que en esa misma reunión el presidente de la Generalitat catalana, Pasqual Maragall, aseguró que es una nación y que «ahora puede decirse tras 23 años de aguantar dignamente». Manuela de Madre, del PSC, lamentó las «inhibiciones» e «incomprensiones» que hay en el PSOE en torno al Estatuto y la cúpula socialista sentenció que «Estatuto sí, pero ya». Zapatero apeló al tripartito gobernante en Catalunya y a CiU para que hagan un último esfuerzo y se logre un acuerdo.

Zapatero no pudo llevar al Comité Federal un acuerdo con los partidos catalanes sobre la reforma del Estatuto, pero tampoco le importó. «¡Qué poco nos conocen!», dijo el jefe del Ejecutivo quienes creen que en el PSOE no se discute «sobre la situación de España, su futuro, la tarea de este partido y del Gobierno». El secretario de Organización socialista, José Blanco, aseguró en la rueda de prensa posterior a la reunión que hubo consenso en torno al análisis de la situación política, pero hubo alguna que otra discrepancia.

La fundamental, la que resultó del análisis hecho por Zapatero por un lado y de Maragall por otro. Zapatero, en su intervención a puerta cerrada y según explicó Blanco, aseguró que Catalunya «no puede estar permanentemente enfrascada en el reconocimiento de su identidad». Y Maragall proclamó ante la dirección socialista que «ahora puede decirse» que «Cataluña es una nación el marco de la nación de naciones que es España» después de «23 años de aguantar con dignidad». El presidente catalán aseguró que incluir el término 'nación' «no genera derechos específicos de ninguna clase, ni en el preámbulo ni en el articulado».

Blanco aseguró que «hay que reconocer, porque existe, una fuerte identidad nacional de Catalunya con la que se sienten identificados la mayoría de los ciudadanos de Catalunya», pero su reconocimiento expreso en el Estatuto pasa, como insistió Zapatero en afirmar, por hacer «conforme en todo a la Constitución». Manuela de Madre, dirigente del PSC, aseguró que «el término nominativo no iba a ser el problema» porque «para afirmar a España no hay que negar a Cataluña».