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Los expertos en lucha antiterrorista parecen tener clara la 'hoja de ruta' que debe seguir el proceso negociador tras el comunicado de ETA en el que anunció un alto el fuego permanente, y en ese camino no descartan que la banda pueda sufrir tensiones internas si al avanzar los contactos los terroristas no consiguen los objetivos que pretenden.

Esta declaración de alto el fuego se ha fraguado dentro de un proceso de debate en el seno de la banda y de contactos no oficiales con 'enviados' del Ejecutivo socialista desde poco después que ganaran las elecciones el 14 de marzo de 2004.

En cualquier caso, existe el convencimiento de que ETA está más débil ahora que en la tregua de 1998 -e incluso que el IRA cuando realizó la «declaración de Viernes Santo»-, y sostienen que, incluso aunque el proceso se truncase, la banda se habría debilitado aún más.

Si sus aspiraciones más ambiciosas no se viesen satisfechas, las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas no descartan que pueda reabrirse ese debate interno y provocar tensiones, ya que el proceso hasta llegar a la paz definitiva se prevé largo y difícil.

A partir de ahí no se aventuran a pronosticar que podría pasar, no descartando incluso una excisión. Sin embargo, estiman que aunque este hecho se produjera, siempre sería una parte más débil que la formación actual de la banda en sí.