El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante su intervención en Barakaldo.

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EUROPA PRESS-BILBAO
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recordó en el municipio vizcaíno de Barakaldo que hace dos meses transmitió a la sociedad española «y especialmente a la vasca» la posibilidad de que se materializara el «principio del fin». Pues este principio del fin podría llegar el próximo mes de junio, cuando Zapatero anunció que comunicará a los partidos políticos el inicio del diálogo con ETA. Además, aseguró que propondrá a las formaciones políticas la inclusión, en el preámbulo de la Constitución, de un reconocimiento a las víctimas del terrorismo.

En su intervención ante miles de afiliados socialistas asistentes a la tradicional Fiesta de la Rosa, Zapatero señaló que «como anunció» y tomado «un tiempo» para evaluar «el alcance, la voluntad y las posibilidades de alcanzar el fin de la violencia», el próximo mes comunicará a las fuerzas políticas el inicio del proceso del diálogo «para ver el fin de la violencia con la banda de ETA». Admitió el presidente la posibilidad de que existan «dudas razonables» sobre el objetivo perseguido por el Ejecutivo y afirmó que éste será «el de la paz por razones de pasado, pero, ante todo, por razones de futuro» y que Euskadi viva «en paz y en libertad».

El jefe del Ejecutivo tuvo palabras para las víctimas del terrorismo, con las que la democracia «tiene un deber» y anunció su intención de promover la inclusión de un recuerdo a las mismas en el preámbulo de la Carta Magna, «el mejor homenaje» que se puede hacer, «recordarles en el libro de la convivencia.

Zapatero aludió a la necesidad de «dar pasos», aunque «sin prisas y sin ansiedad», porque, después de 30 años de violencia, «el Gobierno se tomará el tiempo necesario para que cada paso que se dé sea un paso irreversible en la buena dirección». Aseguró, asimismo, que todas las idead y sensibilidades políticas se podrán «defender, expresar y mantener», siempre que se aborden «con la palabra y el respeto democrático». También quiso dejar claro que la paz «no tiene precio político» porque «no es el fin de la política», sino «más bien la mejor condición para la política de verdad».