En su opinión, el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, «está haciendo el trabajo sucio de legalizar judicialmente a Batasuna» y, al respecto, recordó la importancia de la figura del antiguo fiscal Eduardo Fungairiño.
En el acto de inauguración de la Unión Intermunicipal del PP en Marbella (Málaga), Acebes ara la paz que ellos quieren, la de la rendición y la claudicación de los demócratas».
Señaló que la posición de la Fiscalía respecto a Batasuna «confirma que está en marcha un proceso de rehabilitación política» de esta organización «por impulso directo del Gobierno». Afirmó que «lo grave» es la «doctrina» que establece la Fiscalía al considerar que la «realidad actual es un contexto favorable para suspender la aplicación de la ley», un argumento que Acebes calificó como la «mayor agresión conocida contra el Estado de derecho cometida por la institución que tiene encomendada, según la Constitución, la protección de la legalidad».
«Sin embargo, la Fiscalía acepta que Batasuna haga política con la excusa absurda de que, en el caso de la mesa negociadora, tiene como fin consolidar el proceso de paz», destacó.
Criticó que ayer un portavoz de Batasuna dijera que en este proceso la Audiencia Nacional «ha quedado apartada del camino», y agregó que ésta es el «referente de todos los españoles».
Advirtió de que tanto la Fiscalía como el Gobierno se «equivocan» porque, subrayó, «sin el Estado de derecho y sin la ley no se acabará con el terrorismo», al tiempo que recordó que ya en otro momento durante el Gobierno de Felipe González el PSOE «intentó saltándose la ley y el Estado de derecho» acabar con ETA.
«Ahora de nuevo lo que ha ocurrido en la Audiencia Nacional es de otra manera, pero de nuevo saltarse la ley y el Estado de derecho», apostilló.
Àngel Acebes se refirió, además, a la reunión prevista de los socialistas vascos con Batasuna y recalcó que ésta supone «pagar un precio político a los terroristas por llevar 40 años matando».
El dirigente del Partido Popular volvió a acusar a Zapatero de «mentir» a los españoles y al Parlamento al decir que «primero la paz y después la política» y después cambiar esta posición tras la entrevista de ETA en Gara para decir que está dispuesto a «abrir el diálogo político ante de que se alcance el fin de la violencia». Àngel Acebes calificó esta actitud de «vergüenza» y «de estar pagando un precio político a la banda terrorista».
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