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La inflación alcanzó en mayo una tasa interanual del 4%, tras subir el 0,4% ese mes, afectada sobre todo por los elementos más «volátiles» de este índice y en especial por el último repunte del precio del petróleo. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer los datos del índice de precios de consumo (IPC) de mayo, que elevan una décima esta tasa, frente al 3,9% de abril, y colocan la inflación subyacente (que excluye los precios de la energía y de los alimentos frescos) en el 3%, una décima menos.

El secretario de Estado de Economía, David Vegara, admitió que será «extremadamente difícil» que el IPC acabe el año en tasas inferiores al 3%, aunque insistió en augurar su moderación si se mantienen estables los altos precios del petróleo.

De esta manera, los precios de consumo españoles superan en 1,5 puntos porcentuales a la media de la zona euro, con una inflación del 2,5%, según la oficina estadística europea (Eurostat).

Los nuevos repuntes del crudo han sido precisamente el elemento con más peso sobre el IPC, y los productos energéticos explican el «40%» de la tasa, según Vegara, quien también atribuyó los altos precios a la «pujanza» de la economía y al dinamismo de la demanda interna.

Tras apuntar la posibilidad de que se revise al alza la previsión de crecimiento para este año (inicialmente una subida del 3,3% del PIB), Vegara dijo que el Gobierno espera, si el petróleo lo permite, «incrementos nulos» de la inflación en los próximos meses.

Según el INE, el grupo más inflacionista de mayo, con una subida del 1,2%, fue el de vestido y calzado, por las ventas de la temporada primavera-verano, seguido del transporte (1,1%). Las subidas de la carne de ave o las patatas contribuyeron al alza del 0,2% del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, compensado con bajadas como las del pescado fresco y congelado, la fruta fresca y el aceite, que tras meses de subidas ha bajado el 0,4%.