Rodríguez Zapatero, durante la comparecencia ante los medios, ayer, tras el Pleno del Congreso.

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OTR/PRESS-MADRID
Y puso tres condiciones para todas las decisiones que se adopten de aquí en adelante: voluntad democrática, sujeción a la legalidad y amplio acuerdo político. Zapatero anunció que no será hasta septiembre cuando el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, informe a los grupos parlamentarios del desarrollo del proceso. «Al amparo de la resolución adoptada por el Congreso en mayo de 2005, quiero anunciarles que el Gobierno va a iniciar un diálogo con ETA manteniendo el principio irrenunciable de que las cuestiones políticas sólo se resuelven con los representantes legítimos de la voluntad popular».

Con estas palabras, Zapatero cumplió el compromiso de realizar este anuncio antes de que finalizara el mes de mayo, pero no utilizó el Pleno de la Cámara Baja, sino una comparecencia ante los medios de comunicación en la sala Isabel II, en la que leyó una declaración institucional y no admitió preguntas. El principio «esencial» de este proceso es que «la democracia no va a pagar ningún precio político por alcanzar la paz». La política, insistió, la debatirán los políticos y por ello estableció «principios básicos sobre el futuro de Euskadi».

Zapatero hizo otra proclama destinada a despejar dudas y rumores. «Quiero expresar el compromiso absoluto del Gobierno y el mío personal con los valores, principios y reglas de la Constitución de 1978, que ha representado un éxito colectivo de nuestra convivencia», afirmó. Se mostró convencido de que los españoles tienen un gran anhelo de paz. «Como presidente del Gobierno, asumo la responsabilidad de colmar ese anhelo», afirmó, mediante un proceso que desarrollará «con prudencia y con discreción».