Los tres días de huelga de pilotos le han costado a Iberia nada menos que 18 millones de euros y la cancelación de 900 vuelos, según explicó el director general de la compañía, Enrique Donaire. A pesar de que el acuerdo para desconvocar los paros se firmó este miércoles, los efectos de la drástica decisión adoptada por el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), todavía se dejan notar. Este sábado fueron 36 los vuelos cancelados.
En cuanto a vuelos cancelados, finalmente han sido unos 900. La normalidad no llegará hasta la semana entrante.
Donaire explicó que los costes económicos directos de la huelga ascienden a 18 millones euros, que hubieran sido 30 millones si hubieran sido siete los días de paro, que eran los que había convocado el Sepla. «Ahora tenemos que recuperar la confianza de los clientes», dijo, «porque en este proceso han perdido todos y, por supuesto, los clientes».
Este sábado se cancelaron un total de 36, y el aeropuerto más afectado, como en los días anteriores ha sido el madrileño de Barajas, de donde no han partido diez vuelos nacionales, tres internacionales y dos intercontinentales.
El director general de Iberia insistió en que la huelga «era injustificada», porque se ha acabado firmando la propuesta inicial de la compañía, e «insolidaria» porque, «al estar ligada la retribución de otros colectivos a los resultados, les ha perjudicado».
El punto de partido de esta crisis era la participación de Iberia en Catair, una nueva aerolínea de bajo coste que, según los pilotos, afectaba a su futuro profesional. Donaire aseguró que el objetivo de esta nueva marca es «plantear batalla» al AVE con el puente aéreo Madrid-Barcelona. «Mantendremos los 40 vuelos diarios, aunque en lugar de aviones de 200 plazas, serán de 160 plazas», sentenció.
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