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Los centros de internamiento de inmigrantes en situación administrativa irregular de Canarias rondan las 5.000 plazas pero no dan de sí para absorber la avalancha de cayucos desde la costa africana, ni mucho menos la tramitación de expedientes de expulsión. Esta situación obliga a su traslado a la Península, ya que si a los 40 días de internamiento no se ha podido acreditar su nacionalidad para su repatriación, los irregulares tendrían que ser puestos en libertad en las propias islas. Así, aumenta la frecuencia de los traslados por vía aérea, que desde Tenerife ya se efectúan cada dos o tres días.

Según informó ayer el Sindicato Unificado de Policía (SUP), sólo en lo que va de mes de agosto, la policía ha trasladado a la Península desde Canarias al menos a un millar de inmigrantes. Su destino ha sido Andalucía, Madrid, Murcia y Comunidad Valenciana, donde han ingresado en otros centros de internamiento y acogida de extranjeros menos masificados que los canarios, a la espera de que se tramite su expulsión o su puesta en libertad.

De acuerdo con los datos recabados por este sindicato policial, de 400 a 450 personas han sido trasladadas desde la provincia de Las Palmas desde el 2 de agosto; en concreto, unos 180 inmigrantes han sido llevados a Mali, expulsados del país, y el resto, ingresados en centros de acogida de otras regiones españolas. Respecto a Tenerife, la cifra es algo mayor y, siempre según el sindicato, son unos 700 los inmigrantes trasladados al resto del país desde la semana pasada hasta hoy. Han sido acogidos en Madrid y en Málaga.