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El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, aseguró ayer que la Unión Europea se implicará cada vez más en el tratamiento de la inmigración. Caldera respondió así a las recientes declaraciones realizadas por el ministro de Interior francés, Nicolas Sarkozy, que afirmó que «no se puede regular a 500.000 clandestinos y después pedir ayuda».

«Francia ha hecho varios procesos de regularización y cada año documenta entre 80.000 y 100.000 personas», aseguró Caldera, al tiempo que señaló que el país vecino cuenta con aproximadamente medio millón de irregulares a pesar de que el ministro francés del Interior se comprometió a repatriar a 25.000 personas cada año».

El titular de Trabajo aseguró que que «no se trata de establecer polémicas, sino de recordar que este caso es de dimensión europea» por lo que será un punto fundamental a tratar durante la próxima Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, ya que «todos los países están afectados por este fenómeno».

Según Caldera, ese propósito francés con las personas que llegan irregularmente a su territorio «no se ha conseguido, puesto que tan sólo se han repatriado 12.000 mientras que España lo ha hecho con 54.000 inmigrantes irregulares».