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La inmigración ilegal que sufren los países del sur de Europa «es un problema que concierne al conjunto de la Unión Europea» y requiere «respuestas conjuntas», afirmó el primer ministro de Finlandia, Matti Vanhanen, presidente de turno de la UE.

Los ocho países pedían que se promuevan los acuerdos de repatriación de los inmigrantes ilegales, que se ayude económicamente a los países de origen y que se refuerce el control de la frontera sur de la UE.

Vanhanen envió ayer una carta de respuesta a los ocho jefes de Estado y Gobierno del sur de la Unión Europea (España, Francia, Italia, Portugal, Grecia, Eslovenia, Chipre y Malta) que le remitieron una misiva en la que pedían más implicación política y financiera de la Unión ante ese grave problema.

El primer ministro finlandés recalcó en su mensaje que «la solidaridad se expresa mejor a través de acciones concretas», y detalló las medidas al respecto que su presidencia de turno de la Unión está desarrollando.

Vanhanen se mostró a favor de potenciar los recursos y las capacidades de planificación y gestión de la Agencia de control de las fronteras exteriores (Frontex), aunque recalcó que la responsabilidad operativa recae en los Estados miembros, que «deben tener» la capacidad de coordinar las operaciones con la agencia.

También resaltó el objetivo de desarrollar un sistema integrado de control de fronteras, que incluya también las marítimas.

En el aspecto político, señaló que «haremos todos los esfuerzos» para conseguir acuerdos de readmisión, dentro del objetivo final de trabajar a fondo con los países de inmigración y tránsito de la inmigración ilegal.