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EFE-SEVILLA
El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, convocó ayer en Sevilla a una «rebelión cívica» contra el proceso de diálogo con ETA y para «saber la verdad» de los atentados del 11-M.

Interpretó que dicho debate evidencia «el precio político que el Gobierno ya ha pagado a ETA», pues uno de los objetivos de la banda terrorista es «internacionalizar el mal llamado conflicto vasco».

Alcaraz hizo este anuncio al clausurar la manifestación convocada por la AVT -sobre la que rehusó facilitar el número de asistentes, aunque fuentes policiales calcula unas 40.000 personas- que congregó a miles de personas, muchas de ellas llegadas a la capital andaluza en los 260 autobuses fletados por la organización.

Esta «rebelión cívica» incluirá una próxima movilización en Bruselas, en protesta por que el Parlamento Europeo debata sobre este proceso de paz, iniciativa que Alcaraz calificó de «vergonzosa».

El presidente de la AVT, al igual que los demás oradores, centró sus críticas en el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y en su Gobierno, al que calificó de «miserable y cobarde», y al que acusó de rendirse «ante las pretensiones de una banda terrorista».

Aseguró que las movilizaciones de la AVT han conseguido «que los plazos pactados con ETA no se cumplan» y las justificó por que, en su opinión, «la sociedad está harta de un Gobierno que no vela por los intereses de millones de ciudadanos frente al chantaje de una banda de asesinos, y a eso se le llama, señor Rodríguez Zapatero, traición».