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EFE-MADRID/BILBAO
El ex presidente del Parlamento Vasco, Juan María Atutxa, volverá a ser juzgado por negarse a disolver a los sucesores de Batasuna, según una decisión del Tribunal Supremo que ha llevado al Gobierno vasco a afirmar que, esta vez, «se han pasado de la raya».

Las críticas, en especial las de los afectados Atutxa, Knorr y Bilbao, se refieren también al hecho de que el Supremo haya estimado el recurso presentado por el colectivo de funcionarios Manos Limpias, al que consideran de ultraderecha.

El Supremo ha anulado una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que había absuelto a Atutxa y a los integrantes de la Mesa parlamentaria Gorka Knorr y Kontxi Bilbao, de un delito de desobediencia por no disolver al partido heredero de Batasuna, Sozialista Abertzaleak.

El acuerdo del Supremo, cuestionado también por haber sido hecho público antes de comunicarlo a las partes implicadas, ha suscitado fuertes críticas en las instituciones vascas y entre las fuerzas políticas, en especial en los tres partidos que sostienen el acuerdo de gobierno, PNV, EA y EB.

La causa ahora reabierta se remonta a 2003, cuando la Mesa del Parlamento vasco se negó a disolver Sozialista Abertzaleak.

Atutxa, entonces presidente de la Cámara, entendió que la sentencia dictada por el Tribunal Supremo para ilegalizar los grupos era una injerencia en otro poder, el legislativo, y basándose en la división de poderes, defendió que era imposible legalmente disolver a un grupo parlamentario.