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El PP volverá a llevar el 11-M al Congreso de los Diputados. Así lo anunció ayer el portavoz del PP en la Cámara Baja, Eduardo Zaplana, que aseguró que, con «el consentimiento» del líder del partido, Mariano Rajoy, los populares registrarán una petición para crear una comisión de investigación parlamentaria para averiguar quiénes instigaron «la falsificación» del informe del ácido bórico, que relacionaba ETA y 11-M. Sin embargo, el PSOE ya ha adelantado que el PP «se quedará solo» en su petición, que supone, a su juicio, llegar a un «callejón sin salida» por culpa del «empeño» de Zaplana.

El portavoz del PP considera que la investigación sobre el informe del ácido bórico que está llevando a cabo la juez Gemma Gallego está permitiendo aclarar «cada vez más» la falsificación del documento. Por ello, Zaplana se preguntó si el PSOE sigue teniendo el mismo interés por desvelar a los «instigadores» de la falsificación, como pidió el portavoz del PSOE, Diego López Garrido, cuando el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón investigaba el caso.

Por ello, Zaplana confirmó que esa pretensión se sustanciará en una solicitud de creación de una comisión de investigación que cuenta con el «consentimiento» de Rajoy, aunque también señaló que el PP no puede «perder ni medio segundo» discutiendo en su seno esta cuestión. Además, a esta iniciativa se sumarán otras peticiones similares que el partido tiene pendientes de debate, como las relativas a la «detención ilegal» de dos militantes en una manifestación de la AVT, la estafa filatélica del Fórum y Afinsa o, incluso, «la caída del puente sobre el río Nalón de la autovía del Cantábrico».

Sin embargo, el asunto trascendental y «gravísimo» es el del ácido bórico, porque atañe, según él, «a la falsificación y adulteración de un documento que tiene que ser remitido a la autoridad judicial», por lo que consideró necesario «esclarecer las eventuales responsabilidades políticas». Zaplana admitió que es «previsible» que el PSOE se niegue a que el Congreso debata este asunto, aunque tendrá «difícil» argumentar su negativa después de que Garrido se mostrara convencido de que hubo instigadores.