Los obispos reconocen la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, «sin recurrir a la violencia» y por «métodos democráticos», pretendan modificar la unidad política española.
Así lo expresan en la Instrucción Pastoral «Orientaciones Morales ante la Situación Actual de España», aprobada la pasada semana por la Asamblea de la Conferencia Episcopal Española y que fue presentada ayer a los medios por su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino.
No obstante, los obispos consideran que todos tenemos que preguntarnos qué razones hay que justifiquen la ruptura de las múltiples relaciones familiares, intelectuales, religiosas y políticas que ha producido la coexistencia cultural y política.
Por otra parte, opinan que las decisiones políticas que no se someten a ningún principio moral socialmente vinculante pueden ser «la antesala del totalitarismo».
A este respecto La Iglesia católica afirma que si los parlamentarios, y más concretamente los dirigentes de un partido político que está en el poder, pueden legislar según su propio criterio, sin someterse a ningún principio moral socialmente vigente y vinculante, «la sociedad entera queda a merced de las opiniones y deseos de una o de unas pocas personas, que se arrogan unos poderes cuasi absolutos que van evidentemente más allá de su competencia». «Todo ello, con la consecuencia terrible de que el positivismo jurídico es la antesala del totalitarismo».
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