Foto de familia de la III Conferencia de Presidentes en el Salón de Columnas del Senado.

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La propuesta de los presidentes autonómicos del PP con la petición al Gobierno de que rectifique su política antiterrorista y el «lapsus linguae» del presidente del Ejecutivo al referirse nuevamente al último atentado de ETA como «trágico accidente» eclipsó ayer el contenido de la III Conferencia de Presidentes, en cuya agenda no figuraba el terrorismo. Tras más de diez horas de reunión, la cumbre que reunió a los presidentes de las diecisiete comunidades autónomas y a los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, concluyó con una comparecencia ante la prensa del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.

En la misma, Zapatero reprochó que se haya intentado utilizar de forma partidista su «lapsus linguae» en el que calificó de «accidente» el atentado del pasado 30 de diciembre, y reiteró que, tras él, el proceso llegó al punto final. Recordó que en las últimas semanas ha hablado en numerosas ocasiones de «vil y cruel atentado» e insistió en que fue «un error corregido». No obstante, este lapsus de Zapatero fue criticado por distintos presidentes del PP, que interpretaron que el presidente no había rectificado ese término y, en algunos casos, como en el de presidente de La Rioja, Pedro Sanz, consideraron que le había «traicionado» el subconsciente.

La resolución presentada por los presidentes del PP pide al Ejecutivo que rectifique su política contra el terrorismo y vuelva a la acordada en el Pacto Antiterrorista, y la misma fue entregada por Pedro Sanz a Zapatero, quien le dijo que tomaba «nota» y remitió ese debate al que tendrá lugar el próximo lunes en el Congreso.