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El portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores, Gustavo de Arístegui, admitió ayer que representantes de la Embajada de España en Estados Unidos y funcionarios policiales españoles realizaron tres visitas a la base estadounidense de Guantánamo durante el Gobierno de José María Aznar, pero subrayó que su única misión era identificar a ciudadanos españoles allí detenidos para lograr su liberación.

Aunque no pudo detallar con qué misión viajaron los policías, De Arístegui se afanó en trasladar que, en su opinión, las «conversaciones» que mantuvieron con los reclusos no pueden definirse «bajo ningún concepto» como «interrogatorios», y «mucho menos de ilegales o de torturas». Tras asumir que únicamente tenía conocimiento del «objetivo diplomático» de las visitas, que consistía en dar el «obligado apoyo y protección diplomáticas a los posibles españoles» allí recluidos, De Arístegui comentó que quizá se envió a polícías porque se pensó que los presos podrían tener «alguna relación con sumarios abiertos en España». Preguntado sobre si, en ese caso no podrían haberse producido interrogatorios, contestó: «Yo no sé si eso era un interrogatorio policial, yo no creo que se pueda calificar de interrogatorio».

Además, destacó que el juez Baltasar Garzón fue informado antes y después de las visitas, si bien, según informa la Cadena Ser, no autorizó el interrogatorio a presos.