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EFE/OTR PRESS-MADRID
El preso etarra José Ignacio de Juana Chaos, que permanece en huelga de hambre desde el pasado 7 de noviembre, volvió ayer a ser alimentado a la fuerza después de que los médicos decidieran colocarle de nuevo la sonda nasogástrica que él mismo se arrancó el pasado viernes.

Los médicos han valorado la situación y han considerado que la única medida efectiva para conservar la vida del etarra es la colocación de la sonda, a pesar de los efectos secundarios que esto puede acarrearle. La colocación de la sonda, que según las fuentes consultadas ha sido realizada por personal sanitario sin necesidad de sedar al interno ni de recurrir a la fuerza pública- obligará a su inmovilización absoluta para que no vuelva a quitársela.

Según confirmaron fuentes penitenciarias, los facultativos que atienden al etarra en el hospital Doce de Octubre de Madrid adoptaron esta medida en vista del deterioro que la salud de De Juana había experimentado desde ese día, ya que no ingería ningún tipo de alimento.

Hasta el pasado viernes, los médicos mantenían a De Juana con la sonda puesta durante todo el día, ya que quitársela y luego ponérsela para alimentarle puede provocarle más daños. Sin embargo, sólo le inmovilizaban a la cama de pies y manos cuando procedían a su alimentación forzosa, ya que mantenerle inmovilizado todo el día puede acarrear otros efectos secundarios como llagas o alteraciones nerviosas.

Esta circunstancia es la que permitió a De Juana desprenderse el pasado viernes de la sonda por sus propios medios.