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Sólo 365.400 personas, el equivalente al 17,74% de los más de dos millones de desempleados que estaban registrados en el Inem a finales del pasado mes de marzo, tenían muchas probabilidades estadísticas de encontrar un empleo, según el índice de ocupabilidad de los parados registrados que elabora el Ministerio de Trabajo.

Las posibilidades de salir del paro son menores para las mujeres, los inmigrantes, los trabajadores de más de 45 años de edad, los que tienen menor nivel de estudios, los demandantes de más antigüedad, y los perceptores de prestaciones, especialmente los que cobran ayudas asistenciales, subsidios para mayores de 52 años y la Renta Activa de Inserción (RAI).

Este índice refleja además que el 16,63% de los desempleados inscritos en el Inem (342.424) tenían muy pocas posibilidades de encontrar un puesto de trabajo, mientras que para el 30% (618.686 parados) las probabilidades eran bajas. Esto significa que casi la mitad de los parados tiene difícil o muy difícil abandonar el desempleo.

Cuanto más amplio es el ámbito territorial de búsqueda de empleo, más probabilidades hay de encontrar un puesto de trabajo. Así, el ámbito geográfico de búsqueda, y la antigüedad de la demanda son factores fundamentales para determinar la ocupabilidad de los desempleados.

El perfil de los parados con menos probabilidades de encontrar un puesto de trabajo coincide con aquellos demandantes que presentan una antigüedad de un año o más, que circunscriben su ámbito de búsqueda a su término municipal, que demandan menos de tres ocupaciones, y que pertenecen al colectivo específico de perceptores del subsidio de mayores de 52 años y de beneficiarios de la RAI. Analizando la confluencia de estos factores sobre los desempleados registrados el pasado mes de febrero, se obtiene que el 46,6% tenían un grado de ocupabilidad bajo o muy bajo, en tanto que el 35,6% presentaban un nivel de ocupabilidad medio.