El terrorista islamista Abdelkrim Bensmail, negó ayer conocer al etarra Henri Parot ni a ningún otro miembro de ETA y señaló que no se comió una nota que le fue encontrada en su celda de la cárcel asturiana de Villabona, con las direcciones manuscritas de varios miembros de la banda armada.
Este fue el último testimonio que el tribunal escuchó en la trigésima jornada de juicio por el 11-M, sesión que fue abierta con la declaración de Mourad Chabarou. Bensmail, que actualmente está preso en Palencia por pertenecer al Grupo Islámico Armado (GIA), fue detenido en 1997 en Valencia en la primera fase de la «Operación Nova», -dirigida contra una célula islamista que preparaba un atentado suicida contra la sede de la Audiencia Nacional-, junto a otros miembros del GIA, entre ellos Allekema Lamari, uno de los suicidas del piso de Leganés (Madrid).
El recluso argelino fue investigado por el hallazgo en su celda de Villabona, donde también coincidió con los procesados Antonio Toro y Rafa Zouhier, de unos papeles con anotaciones a mano en las que figuraban los nombres de varios etarras, entre ellos Harriet Iragi y Henri Parot, a los cuales, Bensmail aseguró no conocer, así como a Jorge García Sertucha y Fernando Irakula. En el sumario de la «Operación Nova», causa por la que aún no ha sido juzgado, consta la existencia de una fotocopia de esa supuesta nota que, según el director de la prisión asturiana, Bensmail se comió cuando le fue devuelta por la Policía.
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