Zapatero realizó una declaración institucional en La Moncloa. Foto: SERGIO PÉREZ/REUTERS

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«ETA ha tomado la misma decisión que otras veces en el pasado y, ahora como entonces, ETA vuelve a equivocarse». En una declaración institucional en el Palacio de la Moncloa después de que la banda terrorista anunciara que esta medianoche da por roto el alto el fuego, el presidente Zapatero aseguró que el Gobierno, «con la fuerza de la ley y del Estado de derecho, pone y pondrá todos los medios para la defensa de la convivencia, de la libertad y de la seguridad de todos los ciudadanos».

«La fuerza de la democracia y de la palabra siempre derrotará al delirio totalitario. El camino de la paz sólo puede iniciarse y recorrerse sin violencia», recalcó.

Zapatero, que compareció ante los medios de comunicación acompañado por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, garantizó a los ciudadanos vascos que él ha realizado todos los esfuerzos posibles para lograr la paz y consideró que, con su decisión, ETA «vuelve a equivocarse».

Tras recordar que los terroristas ya rompieron su alto el fuego con el atentado que costó la vida a dos ciudadanos ecuatorianos el pasado diciembre en la T-4 de Barajas, señaló que ETA ha hecho lo que en otras ocasiones en el pasado.

La respuesta a esta nueva equivocación, subrayó, «será la que siempre han dado los gobiernos de España, las fuerza democráticas y la sociedad en su conjunto; una respuesta anclada en la defensa común de los valores e instituciones democráticas, en la estricta aplicación del Estado de derecho».

El presidente del Gobierno agradeció el apoyo recibido en los últimos meses de los grupos políticos que le han dado su «respaldo incondicional» y confió en que ante el nuevo anuncio de ETA ese respaldo sea unánime. Para el jefe del Ejecutivo, la decisión de ETA va «radicalmente» en la dirección contraria al camino que desean la sociedad vasca y española, que es el camino de la paz.

A su juicio, el único final de ese camino es el abandono definitivo de las armas y sólo puede iniciarse y recorrerse con una renuncia completa a la violencia. Zapatero consideró que España es un país «fuerte» que ha demostrado que el dolor y el sufrimiento no debilitan su fortaleza ni su determinación y aseguró que la sociedad mantendrá esa actitud, «sin ceder a ninguna de las amenazas o los desafíos a los que se les quiere someter».