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AGENCIAS
Los etarras que ayer abandonaron un coche cargado de explosivos cerca de la localidad onubense de Ayamonte formaban un comando de la banda terrorista. Esta es, al menos, la premisa con la que trabaja el Ministerio de Interior, según informó ayer el propio Alfredo Pérez Rubalcaba, que también señaló que, en su huída, los etarras, al parecer dos, dejaron «pistas». Y vaya que si lo hicieron, ya que dentro del vehículo abandonado en la cuneta de la salida 129 de la A-49 la Guardia Civil encontró dos maletas y un ordenador portátil, que ya han sido enviados a Madrid para ser analizados.

En medio de un gran hermetismo, la Policía lusa admite la posibilidad de que haya infraestructura de ETA en el país, mientras sigue la pista del automóvil portugués encontrado en Andalucía con 118 kilos de explosivos de la organización terrorista.

El ministro del Interior reiteró la felicitación a la Guardia Civil y a las Fuerzas de Seguridad ya que «la hipótesis más verosímil es que la presión policial, en concreto el control que la Guardia Civil tenía puesto junto con la Policía portuguesa« fue lo que hizo «huir despavoridamente a los integrantes de lo que se supone era un comando» y, por tanto la presencia policial es la que «ha evitado atentados».

Varias fuentes oficiales portuguesas confirmaron a Efe que se llevan a cabo investigaciones en apoyo de la Policía española, al tiempo que la empresa propietaria del vehículo, Rentilusa, explicaba que el coche utilizado para transportar los explosivos fue cedido a otra compañía de alquiler, identifica en medios locales como «Ride On». El teniente general Leonel Carvalho, jefe del gabinete de seguridad que coordina las fuerzas del orden lusas en el Ministerio de Administración Interna, reconoció que «la existencia de infraestructura camuflada siempre es una posibilidad», en relación a una eventual presencia de ETA en el sur de Portugal.

Mientras, el consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, puso ayer en duda la versión del Ministerio del Interior sobre el hallazgo en Huelva de un coche de ETA cargado con 130 kilos de explosivos. Balza señalo que duda si la operación se debió a que el vehículo estaba siendo «controlado» por las fuerzas de seguridad o a que «según la versión hasta ahora oficial, se encontraron con un control inesperado».

Por otra parte, el anuncio del fin del alto el fuego permanente que la banda terrorista decretó el 22 de marzo de 2006 ha disparado la preocupación de los españoles por el terrorismo. El último barómetro del Real Instituto Elcano el 34,7 % de españoles sitúa a la banda terrorista como la mayor amenaza frente al 20,6% antes del fin de la tregua.