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ETA se comprometió a «desactivar la lucha armada y a desmantelar sus estructuras militares» días antes de que se celebrara, entre miembros del PSOE y Batasuna, la reunión que puso fin al proceso de negociación con la banda terrorista, según publica el diario Gara en su edición de ayer.

En dicha propuesta, asegura Gara, ETA prometía desmantelar sus estructuras militares y desactivar la lucha armada, pedía la unidad territorial de Alava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra y el derecho de la ciudadanía vasca a decidir su futuro, reclamaba la liberación de presos políticos con enfermedades graves y el acercamiento del resto de presos al País Vasco, y exigía la legalización de Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB) y la derogación de la Ley de Partidos.

Dicho encuentro se celebró el pasado 21 de mayo en una ciudad europea y allí, el PSOE rechazó la última propuesta presentada por Batasuna, lo que, según Gara, provocó el fin de las negociaciones.

La propuesta de la banda terrorista, que incluía nueve puntos y concretaba la que había efectuado en diciembre de 2006, fue realizada en los primeros días del mes de mayo, estando entonces el Gobierno en la mesa de negociación y en medio de la polémica suscitada por la impugnación de las listas electorales de la izquierda abertzale.

Asimismo, la banda terrorista solicitaba una «disminución palpable» de la presencia policial, urgía a garantizar la actividad política de las organizaciones de la izquierda abertzale y pedía que no se realizaran detenciones por parte de la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Ertzaintza y las fuerzas de seguridad francesas.

El texto presentado por la banda terrorista incidía en que el acuerdo político propiciaría que el conflicto fuera superado y planteaba incluso un calendario definido para desarrollar los cambios necesarios: de 2008 a 2012, siendo éste el año que debía marcar el fin del camino trazado en su propuesta.

Según Gara, el representante del Gobierno que acudió a la reunión donde ETA presentó su propuesta rechazó recoger el documento, «dejándolo en manos de los mediadores y argumentando que desde el punto de vista del Gobierno el proceso estaba roto y que recibirlo podía evidenciar lo contrario».

No obstante, prosigue el periódico, ETA volvió a sacar a colocación su propuesta en dos reuniones celebradas el 14 y el 21 de mayo, en las que estaban presentes observadores internacionales. Gara afirma que los representantes del Gobierno dijeron verbalmente que el planteamiento era positivo y que había «posibilidades reales de avanzar sobre esa base». Pero, finalmente, el PSOE rechazó el acuerdo político y las negociaciones, que se estaban realizando en torno a dos mesas (Gobierno-ETA, PSOE-Batasuna), llegaron a su fin, según el diario vasco.

La mesa que reunía al Gobierno y ETA dejó de funcionar ante las discrepancias entre ambas partes. La banda daba prioridad al acuerdo político y el Gobierno, a la ausencia de la lucha armada. Al no evolucionar ese foro, se apuesta por reuniones entre el PSOE y Batasuna y así, dice Gara, el 21 de mayo se sientan a hablar, con el no del PSOE al acuerdo político como resultado. Unos días más tarde, ETA anunció la ruptura del alto el fuego.