El soldado mallorquín Aitor Limones, muy afectado, portó el féretro de uno de los soldados muertos en la base Cervantes en el Líbano. Foto: EFE
28/06/07 0:00
La vida y el estado de ánimo en la base Cervantes en el Líbano ha cambiado totalmente tras el brutal atentado que costó la vida de seis soldados españoles y provocado dos heridos, entre ellos el mallorquín Juan Paz Soler. El estado de «alerta roja» instaurado por los mandos ha cambiado todas las costumbres y usos militares.
Al igual que todo el destacamento desplazado en la Base Cervantes, el soldado mallorquín tampoco entendía mucho el por qué del atentado: «Nos ha pillado a todos por sorpresa, más aún con toda la labor humanitaria que estamos realizando. No suele pasar generalmente un hecho de estas características».
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