Rodríguez Zapatero, junto al nuevo secretario de las Juventudes Socialistas, Sergio Gutiérrez. Foto: MANUEL DE LEÓN/EFE

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que antes de que acabe la legislatura, en el próximo otoño, el Ejecutivo socialista dará un «gran salto» para facilitar a los jóvenes el acceso a la vivienda y contribuir a su emancipación fomentando las políticas de alquiler.

En la clausura del XXIII Congreso de las Juventudes Socialistas, el jefe del Ejecutivo abordó los principales asuntos que preocupan a los jóvenes, como la vivienda o el empleo, y pronunció un discurso en el que mezcló un balance positivo de los tres años de Gobierno socialista con anticipos de la segunda etapa que sucederá tras las elecciones generales y que según él será «más ambiciosa».

Le escuchaba la nueva Ejecutiva de las Juventudes Socialistas de España (JSE), encabezada por su nuevo secretario general, Sergio Gutiérrez, quien previamente le había dicho en su discurso que los jóvenes socialistas serían «guardianes del 'no nos falles'» y había pedido un mayor esfuerzo en las políticas en favor del alquiler.

Zapatero animó a los jóvenes de las JSE a que defiendan los valores socialistas, particularmente iniciativas como la asignatura de Educación para la Ciudadanía, porque enseña los valores de la Constitución en una sociedad aconfesional y laica, que es a su juicio la que mejor encarna los valores democráticos.

Su mensaje sobre la vivienda consistió en un compromiso para abordar antes de que acabe la legislatura «un gran salto en política de vivienda» que según el presidente facilitará la «emancipación» y el acceso de «un gran número de jóvenes», aunque no dio más datos.

Posteriormente, fuentes gubernamentales aclararon que las medidas en esta materia se referirán al alquiler y se concretarán en otoño.
Rodríguez Zapatero hizo una entusiasta defensa del valor de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y aseguró que el rechazo a esta disciplina demuestra «hasta qué punto se puede intentar hacer demagogia y no entender cuál es el auténtico patriotismo».

En este sentido, advirtió de que «ninguna fe puede imponerse en las leyes» porque en un sistema democrático caben todas las opciones y creencias; e insistió en los valores de una sociedad aconfesional y laica para garantizar la pluralidad y la tolerancia.

El presidente del Gobierno dijo que no quería hablar del PP, e incluso se permitió bromear ante los jóvenes socialistas al explicar que se había levantado «feliz y contento» y que al líder de este partido, Mariano Rajoy, ya le había dicho todo en el debate sobre el estado de la Nación hasta las próximas elecciones.

Su alocución estuvo salpicada de aplausos de los asistentes, y Zapatero les obsequió con argumentos muy optimistas de cara al futuro, en una próxima legislatura que dio por hecho que tendrá color socialista y en la cual habrá «más reformas» en favor de la igualdad, las políticas sociales, los derechos y la innovación.