La autopista AP-7 arrastró la tarde de ayer de retenciones de casi 30 kilómetros entre El Vendrell (Tarragona) y Tarragona, cuatro horas después de que se abrieran las barreras de dos peajes de esta carretera debido al colapso del tráfico.
Según el Servicio Catalán de Tráfico, las mayores retenciones bordearon los 30 kilómetros y se concentraron precisamente entre los dos peajes donde se han levantado las barreras, aunque la AP-7 acumula otros 4 kilómetros a la altura de Banyeres del Penedés (Barcelona), hacia el sur y en dirección al enlace con la AP-2.
La carretera N-340, alternativa a la autopista, también soportó retenciones de seis y cuatro kilómetros en El Vendrell y Tarragona, respectivamente.
La jornada de ayer, que culminaba la tercera fase de la operación salida por las vacaciones de agosto, resultó mucho más complicada que las dos anteriores, que transcurrieron con algunas colas kilométricas en la AP-7 pero sin llegar al colapso vivido ayer en esta carretera.
Según explicó un portavoz de Tráfico, estaba previsto que en la tercera fase de la operación salida salieran de Barcelona 450.000 vehículos, pero hasta las 17'00 horas de ayer ya habían dejado el área metropolitana 508.000.
Además, la tarde del viernes se hicieron a la carretera 230.000 coches, menos de la mitad de los vehículos que lo han hecho hasta ahora, y a primera hora de esta mañana se ha concentrado el grueso de conductores.
En las otras dos fases de la operación salida, que se iniciaron el 31 de julio y el 1 de agosto pasados, abandonaron la capital catalana 530.000 y 480.000 vehículos, respectivamente, aunque las retenciones fueron mucho menores.
El colapso de ayer en la autopista AP-7, principal vía de entrada a España desde Europa, ha obligado a Tráfico a acordar con la concesionaria Acesa el levantamiento de las barreras de los peajes de Tarragona y El Vendrell, una medida que nunca se había adoptado por colapsos viarios.
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