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EFE-LIZARTZA La Ertzaintza impidió ayer la celebración de la manifestación contra la alcaldesa de Lizartza (Guipúzcoa), Regina Otaola (PP), que había sido prohibida por la Audiencia Nacional por considerar que tenía un fin ilícito: menoscabar gravemente el ejercicio de autoridad de la edil.

A pesar de que la marcha finalmente no se celebró, miembros de la izquierda abertzale convocaron para el próximo sábado una nueva concentración en el mismo lugar, aunque bajo el lema «Respetad la decisión de los lizartzatarras».

El juez Fernando Grande Marlaska prohibió la protesta de ayer en un auto emitido a primera hora de la tarde, después de que el pasado jueves el PP emplazara al consejero vasco de Interior, Javier Balza, a evitarla porque, según este partido, había sido comunicada por un ex concejal de Batasuna en Tolosa.

En su auto, Grande Marlaska pidió a la Consejería vasca de Interior y a la Ertzaintza que adoptase las medidas necesarias para prevenir la comisión de hechos delictivos e impedir la manifestación, convocada bajo el lema en euskera «Otaola fuera. No a la represión».

Con este fin, cerca de medio centenar de agentes de la Ertzaintza, muchos de ellos pertenecientes a la Brigada Móvil antidisturbios, se desplegaron en la plaza de esta pequeña localidad guipuzcoana, feudo de la izquierda abertzale, desde antes de las 19:30 horas, momento para el que estaba previsto el comienzo de la protesta.

A escasos metros, una gran pancarta con la ikurriña sujeta por globos impedía ver la balconada del Ayuntamiento, en la que Otaola había ordenado que ondeara la bandera española, junto a la vasca y el resto de enseñas oficiales.

Los propietarios de la mayor parte de los balcones que dan a la plaza habían colgado ikurriñas en ellos junto a emblemas en favor de los presos. En la fachada del consistorio, unas manchas de pintura blanca tapaban las pintadas contra la alcaldesa que Otaola ha ordenado limpiar cada vez que aparezcan.