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EFE-BARCELONA/MADRID El presidente catalán, José Montilla, evitó ayer pedir la dimisión de la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, por el «incidente» en el servicio de Cercanías, a pesar de que se lo han pedido todos los partidos catalanes menos el PSC, y ha retado al líder de CiU, Artur Mas, a debatir sobre el asunto en un pleno específico.

Los últimos sucesos en Cercanías de Renfe en Barcelona, que han llevado a cortar tres líneas ferroviarias, han centrado la sesión de control del Parlament, en la que Mas ha apelado a las «convicciones democráticas» de Montilla para exigir por «dignidad nacional catalana» que reclame el cese de Alvarez, lo que también han vuelto a pedir ERC e ICV-EUiA, formaciones que gobiernan la Generalitat junto al PSC.

Montilla ha asegurado que ha hablado personalmente sobre Renfe con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y ha retado a Mas a pedir un pleno específico para debatir estos temas, lo que CiU ha aceptado inmediatamente al no tomar la iniciativa el propio presidente de la Generalitat.

Por su parte, el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, acusó en el Congreso al Gobierno de buscar un «chivo expiatorio» de los problemas en el servicio de Cercanías en Cataluña en la empresa concesionaria de las obras del AVE a Barcelona, al «trasladar unas culpas sólo suyas».

Rajoy criticó que «la última genialidad» del Ejecutivo haya sido señalar «con dedo acusador y cobarde» a una empresa, dijo en referencia a la constructora OHL, concesionaria de la infraestructura del AVE a Barcelona.

El Gobierno afirmó el martes que estudiaría pedir responsabilidades a las empresas adjudicatarias que no han cumplido sus compromisos, mientras que la Generalitat anunciaba una reclamación a OHL por los desperfectos en el túnel de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña.

Rajoy criticó de nuevo «la contumacia y soberbia» del Gobierno por mantener en su cargo a la ministra Magdalena Àlvarez.