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EFE-BARCELONA Cataluña ha recibido un 28% menos de inversión del Estado que Madrid entre los años 1997 y 2007, y quien diga lo contrario «miente», afirmó ayer el presidente de la patronal catalana Foment del Treball, Juan Rosell.

En un tono contundente y directo, Rosell ha efectuado estas aseveraciones en una concurrida rueda de prensa celebrada en la sede de la patronal en Barcelona y en la que ha reclamado, «por pura democracia del siglo XXI», que el Gobierno publique las balanzas fiscales de las comunidades autónomas.

El dirigente empresarial ha anunciado que su organización rebatirá a partir de ahora en todas partes y de forma «pedagógica» las «agresiones verbales y escritas» que recibe Catalunya respecto a las inversiones. «El Estado debe explicar su gasto con luz y taquígrafos» a las comunidades, por lo que ha considerado que es «absolutamente necesaria» la publicación de las balanzas fiscales.

Según datos facilitados por Rosell, basados en los Presupuestos Generales del Estado, entre 1997 y 2007 Catalunya ha recibido una media de 280 euros por habitante en inversiones, una cifra que aumenta a 389 en el caso de la Comunidad de Madrid y que se sitúa en 310 euros de media en España.

Ello supone que uno de cada tres años no se ha contabilizado en Cataluña ninguna inversión del Estado con respecto a la media española, un periodo de tiempo que se sitúa en uno de cada cinco años cuando se analizan las inversiones liquidadas por el Ministerio de Fomento entre los años 1991 y 2006.

Rosell ha remarcado que «no podemos seguir así» y ha acusado a la 'tecnoestructura' del Estado de la situación de las inversiones en Cataluña, que «no son lo que debieran».

Ha reconocido que los empresarios deben hacer autocrítica porque «nos hemos fiado demasiado» de los diferentes gobiernos españoles de los últimos años y que a partir de ahora esta patronal hará un seguimiento «puntualísimo» de las inversiones estatales previstas y las liquidadas, así como de su relación con la aportación de Cataluña al Estado.

Preguntado si coincide con las declaraciones del presidente de la Generalitat realizadas ayer en Madrid sobre el desapego que los ciudadanos pueden sentir hacia el Estado por esta situación, el empresario ha dicho que «nos sentimos cada vez más incómodos» y que la situación actual «es crítica».

Si continúan los insultos que recibe Cataluña, Juan Rosell no ha descartado una «explosión social», aunque ha abogado en varias ocasiones por hacer 'pedagogía' con los políticos.