La inflación española se ha disparado en noviembre hasta el 4'1 por ciento, su tasa más alta desde enero de 2006, y según las estimaciones del Gobierno persistirá en niveles altos en los próximos meses.
El indicador adelantado del Indice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que mide la inflación con el mismo método para todos los países de la zona euro, situó este indicador en noviembre en el 4'1%.
De coincidir con la tasa general española -en los últimos tres meses el IPCA y el IPC han registrado la misma cifra-, la inflación de noviembre habrá sido la más alta desde enero de 2006, cuando se colocó en el 4'2 por ciento.
El fuerte incremento de los precios del petróleo y de los alimentos continúa repercutiendo negativamente en la inflación, que podría no haber tocado techo aún, ya que según señaló el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, quien auguró que en los próximos meses el IPC continuará en niveles «relativamente altos».
Solbes señaló que este 4'1% interanual es una «cifra temporal», aunque la inflación seguirá elevada por el efecto base, especialmente el del petróleo, cuyos precios de hace un año eran muy inferiores a los de estos últimos meses.
Frente a esta explicación, el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, señaló que una inflación del 4'1 por ciento demuestra que nadie se está ocupando de la economía española y el Gobierno está «desbordado».
Zaplana lamentó que los españoles sean ahora «más pobres» y su poder adquisitivo sea inferior, mientras que el secretario Ejecutivo de Economía y Empleo del PP; Miguel Arias Cañete, señaló que la inflación es el «el impuesto más injusto», que afecta especialmente a quienes tienen rentas más bajas, y dudó de la capacidad de Pedro Solbes como gestor.
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