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El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha subrayado que le han «clavado» un puñal pero que «las heridas cicatrizarán», por lo que no se siente «demasiado herido».

Rodeado de una banda de mariachis mexicanos que le han rondado con el bolero de José Alfredo Jiménez «Ojalá que te vaya bonito», un Ruiz-Gallardón visiblemente más animado que en días pasados ha afirmado, en respuesta a las preguntas del reportero de un programa de humor de Telecinco: «Me han clavado un puñal, pero de verdad que no me siento muy herido».

Al ritmo del «Ojalá que se acaben tus penas, que te digan que yo ya no existo, y conozcas personas más buenas...» el alcalde le ha preguntado al reportero si le darían trabajo en su programa a partir del 10 de marzo, un día después de las elecciones generales.

La banda de mariachi, enviada por el programa de Telecinco, ha continuado con ritmos más rumberos, «No estaba muerto, que estaba de parranda...», y algunos vecinos y trabajadores del entorno de un hotel en la calle Princesa, donde se ha celebrado el acto al que había asistido el alcalde, se han asomado al oír el revuelo y se han sumado con gritos de «Viva Gallardón!» y «Gallardón, no pierdas la esperanza».

Mientras en la sede del PP en la madrileña calle Génova se especulaba sobre la ausencia del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, de la reunión de la Junta Directiva Nacional, el primer edil recibía un útil consejo de boca del presidente de Perú, Alan García, a quien entregó las Llaves de Oro de la ciudad de Madrid. El mandatario peruano recordó las palabras de Napoleón Bonaparte tras perder la primera escaramuza de la batalla de Marengo, cerca de la ciudad de Alessandria en el Piamonte italiano.

«Es verdad que vengo de perder una batalla, pero antes de que caiga la noche puede ganar otra», proclamó Napoléon antes de vencer aquel enfrentamiento y obligar a la retirada de las tropas austriacas de Italia. Y ese fue el consejo que Alan García le dio a Gallardón.