La organización terrorista ETA volvió ayer a atentar contra los socialistas con la explosión de una bomba, compuesta por cinco kilos de explosivo y un temporizador, en la Casa del Pueblo del barrio bilbaíno de La Peña, que causó lesiones leves a siete ertzainas, cuantiosos daños materiales y el corte del suministro de agua en la zona.
Este atentado es el quinto que ETA comete contra los socialistas, el tercero contra una sede en Vizcaya, desde la ruptura del alto el fuego y el primero contra el PSE-EE desde el asesinato del ex concejal de Arrasate Isaías Carrasco. Anteriormente, en octubre, colocó una bomba en el vehículo oficial del escolta de un concejal socialista vizcaíno, también en el barrio de La Peña.
El artefacto que estalló en la Casa del Pueblo, ubicada en la calle Ibaialde, fue descubierto a las 5 de la mañana por una patrulla de la Ertzaintza, que formaba parte del dispositivo especial «que atiende a los socialistas», según dijo el consejero de Interior, Javier Balza.
La patrulla, según señalaron fuentes de la lucha antiterrorista, observó un maletín, colgado con una cadena de la manilla de la puerta de la sede socialista, que tenía un cartel en el que se leía: «peligro bomba ETA».
Una media hora después, la Asociación de Ayuda en Carretera-DYA de Vizcaya recibió una llamada en la que un comunicante dijo: «Escuche con atención, llamo en nombre de ETA. Dentro de media hora va a hacer explosión una bomba en la Casa del Pueblo del barrio bilbaíno de La Peña. Gora ETA askatuta».
Puntualidad
A la hora indicada, el artefacto estalló y provocó heridas leves a siete ertzainas que participaban en el desalojo del lugar desde que una hora antes se localizó el artefacto: dos de ellos sufrieron afecciones en los oídos por la onda expansiva, uno fue lanzado al suelo cuando volvía de evacuar a una persona anciana y los otros cuatro sufrieron cortes por los cristales caídos con la explosión.
En cuanto a los daños materiales, fueron cuantiosos en la Casa del Pueblo y en dos vehículos aparcados ante la misma. También sufrieron desperfectos cristales de viviendas y locales.
El director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, afirmó en París que el atentado «un aviso más» por parte de ETA y aseguró que las Fuerzas de Seguridad afrontarán esta «nueva escalada de violencia» de la banda. Preguntado acerca de si la bomba no estaba destinada a matar, afirmó que, en cualquier caso, «cuando uno pone una bomba» la posibilidad de matar «es cierta» y, por tanto, «hay voluntad de matar».
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