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El ex vicepresidente del Gobierno y ex secretario general del PP Francisco Àlvarez Cascos salió del silencio la semana pasada y no parece dispuesto a cerrar la boca. «Rajoy ha optado por las personas más afines. Ha sacrificado a los dirigentes de más peso y mejor preparados. No es un buen comienzo de la renovación deseable», advierte el veterano militante en referencia a los nombramientos llevados a cabo para dirigir al partido en el Parlamento. Además, Cascos se muestra preocupado por la situación interna de la formación porque, hoy por hoy, «hay demasiada gente en el PP hablando en voz baja porque no se atreven a decir en alto lo que piensan».

Cascos advirtió la semana pasada a los presidentes de Valencia y Murcia, Francisco Camps y Ramón Valcárcel, que el PP no es «un partido de barones». Unas palabras que el jueves apoyó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Cascos asegura, durante una entrevista en la revista 'La Clave', que si rompe su silencio es porque quiere que «el PP gane las próximas elecciones generales y que se hagan mejor las cosas».

El ex secretario general del PP es especialmente crítico con los nuevos nombramientos en el Parlamento. «La política no es cuestión de oposiciones y de amistades, sino de sentido común y de experiencia. Con afinidades personales no se gana», censura Cascos. No se detiene ahí y las críticas parecen caer directamente sobre la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría: «El Congreso es el exponente máximo del equipo y del mensaje del partido. Los méritos para dirigir su grupo parlamentario hay que justificarlos con pruebas que lucen en el Diario de Sesiones». «Los noviciados y catecumenados se hacen en la bancada y no en los puestos de responsabilidad. Sin embargo, parece que Rajoy ha optado por las personas más afines, nuevas o veteranas, sacrificando a las personas de más peso y mejor preparadas», añade Cascos, que dice sin tapujos que se refiere «entre otros» a Manuel Pizarro o Esteban González Pons.

Mientras, ayer el que adoptó una postura clara en defensa de Aguirre fue el secretario general de los populares madrileños, Francisco Granados, que quiso dejar claro a sus compañeros del partido en las Cortes, en alusión clara a García Escudero, que lo que deben hacer es «dedicarse a lo suyo» y «cumplir con su obligación», que es «hacer oposición» al Gobierno socialista.