ETA asesinó ayer al guardia civil Juan Manuel Piñuel con una furgoneta bomba de gran potencia que situó junto al cuartel de Legutiano (Alava) y que hizo explosionar sin previo aviso, en la primera acción mortal de la banda en la nueva legislatura.
Cuatro personas han resultado heridas como consecuencia de la explosión, sin que su vida corra peligro, y en el momento del atentado, según ha explicado el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, estaban en la casa cuartel 29 personas, entre ellas cinco niños.
ETA ha intentado una «masacre», tal y como señaló el ministro, que se desplazó primero al lugar del atentado, luego a los hospitales de Vitoria donde están ingresados los heridos y más tarde a la Delegación del Gobierno, donde se ha reunido con el consejero de Interior del Gobierno Vasco en el País Vasco, Javier Balza.
De los cuatro heridos, tres permanecen en los hospitales de Santiago y Txagorritxu, en Vitoria, mientras que la cuarta persona fue dada de alta. Uno de los heridos quedó sepultado entre los escombros del cuartel, que ha sufrido importantes daños mate-
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