El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska ordenó ayer la retirada de la placa y el monolito que desde 1982 rinden homenaje al etarra José Aristimuño, alias 'Pana', en un parque de la localidad guipuzcoana de Hernani. Además advirtió a la alcaldesa del municipio, Marian Beitialarrangoitia, de ANV, que si ignora este requerimiento su actuación será interpretada como un «indicio racional de criminalidad».
El juez adoptó esta decisión después de tomar declaración a la alcaldesa, acusada de enaltecimiento del terrorismo y humillación de las víctimas por mantener el nombre del etarra en ese parque y una plaza dedicada al soldado vasco. En su defensa, Beitialarrangoitia, que quedó en libertad sin medidas cautelares, alegó que cuando se puso el nombre al parque ella tenía tan sólo catorce años y que desde entonces ningún grupo municipal ha solicitado que se cambie su denominación.
«Es indiscutible que poner el nombre de un parque a un miembro de la organización terrorista ETA supone necesariamente un acto de reconocimiento personal y, como tal, de validar el uso de la violencia para la consecución de fines supuestamente políticos», afirma el juez en el auto en el que ordena a la Ertzaintza la retirada de la placa y del monolito que rinden homenaje a 'Pana' y le solicita que garantice que «no vuelvan a colocarse en ninguna forma gráfica imaginable».
Grande-Marlaska se convierte así en el primer juez que ordena por la vía penal la retirada de símbolos de homenaje a etarras. Una decisión que tiene como objetivo «evitar la reiteración delictiva», ya que mantener un parque dedicado a 'Pana' conlleva una «conducta criminal» y determina «una humillación constante en el sentimiento legítimo no sólo de las víctimas sino de cualquier ciudadano con sólidos principios democráticos».
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