El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, ayer en su ministerio en Madrid. Foto: JAVIER LIZÓN/EFE

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El proyecto de nuevo modelo de financiación autonómica presentado ayer por el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, ha sido recibido con desconfianza y cautela por los Gobiernos autonómicos que han insistido en defender sus principios frente a la «imprecisión» de la propuesta.

Solbes presentó las bases de un nuevo modelo que incluye la cesión del 50 por ciento del IRPF, el IVA y los Impuestos Especiales a las comunidades autónomas, y ha insistido en que ninguna autonomía perderá financiación con el nuevo modelo.

Según el ministro, el nuevo sistema recoge las previsiones de los nuevos Estatutos de Autonomía, mejora la capacidad fiscal de los territorios y establece que las autonomías podrán recibir recursos adicionales por los criterios de la población y el suelo.

No obstante, el vicepresidente económico ha reconocido que prevé que la negociación con las comunidades autónomas será «difícil, complicada, larga, y con tiras y aflojas», aunque «por el Gobierno no va a quedar» el que no se llegue a un acuerdo.

En respuesta, el Gobierno de la Comunidad de Madrid critica la «inconcreción» y la «ambigüedad» de las bases para la reforma presentadas por Solbes.

No obstante, el consejero de Economía y Hacienda, Antonio Beteta, ha subrayado que el Gobierno madrileño tiene voluntad de llegar a un acuerdo y «no quiere hacer un 'casus belli' del modelo de financiación autonómica», siempre y cuando se respete el principio de suficiencia, se reconozca casi el millón de habitantes más que tiene Madrid con respecto a 1999 y no se incrementen los impuestos. La propuesta de Solbes tampoco ha impresionado al Gobierno catalán cuyo consejero de Economía, Antoni Castells, ha considerado que las bases del nuevo modelo prefiguran un sistema «decepcionante, insuficiente y preocupante».

Para CiU la propuesta de Solbes es una «tomadura de pelo» que no se ajusta a lo previsto en el Estatuto de Cataluña en materia de plazos o de relación de «bilateralidad» y no hace mención al déficit que padece Cataluña.

Así, el presidente de CiU, Artur Mas, ha exigido al presidente catalán, José Montilla, que «ponga problemas» a Rodríguez Zapatero en el debate sobre la financiación.

En Galicia, el presidente Emilio Pérez-Touriño ha reiterado que «no hay ni debe haber ninguna relación» entre balanzas fiscales y financiación autonómica».