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Más de 200 personas se concentraron ayer en la madrileña plaza de la República Dominicana para expresar su repulsa por la salida de prisión del etarra Ignacio de Juana Chaos, precisamente en un lugar en el que el terrorista asesinó a 12 guardias civiles. Convocados por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y tras guardar un minuto de silencio, los presentes depositaron 25 ramos de flores, uno por cada víctima de De Juana, ante el monumento dedicado a las víctimas del terrorismo e inaugurado en mayo.

Allí estuvo la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que aseveró que «todos los españoles de bien, los que estamos aquí y los que no, nos preguntamos por qué las leyes permiten que un asesino pueda salir de la cárcel y hace que nos sintamos indignados», al tiempo que afirmó que hay que cambiar la legislación para que responda a la sensibilidad de los ciudadanos. «En eso es en lo que estamos trabajando», remachó. Por su parte, Manuela Lancharro, la hermana de Antonio Lancharro, asesinado por el etarra José Ignacio de Juana Chaos en el atentado de la Plaza de la República Dominicana en julio de 1986, afirmó que su salida de la cárcel es «como otro atentado».

Mientras, en San Sebastián, varias decenas de personas se concentraron en memoria de las víctimas del terrorismo, convocadas por Dignidad y Justicia y apoyado por colectivos como Covite y España y Libertad. Los participantes expresaron su intención de «seguir luchando» para que se acabe «la impunidad de los terroristas», para que «paguen lo que es justo» y «recuperar la calle», así como su compromiso de exigírselo a «jueces, legisladores y esa parte de la sociedad vasca pusilánime que mira a otro lado».

La concentración silenciosa comenzó a las 12.00 horas en los Jardines de Alderdi Eder de la capital guipuzcoana, en la que los asistentes portaron banderas españolas con crespones negros, así como carteles con la imagen de De Juana y las palabras 'Da asco'. La líder de Unión, Progreso y Democracia Rosa Díez, que participó en el acto, consideró que la legislación no debe tener «otro objetivo que la justicia».