Un centenar de personas accedieron ayer al interior de la prisión de Carabanchel, después de que en la noche del sábado comenzara la demolición de la fachada y la cúpula, para reclamar que parte del antiguo penal se mantenga para construir en él el Centro por la Memoria como homenaje a los represaliados del franquismo.
Algunos de los vecinos que formaron parte de la concentración de protesta manifestaron su indignación por la demolición del histórico edificio y aseguraron que las movilizaciones continuarán. El próximo acto se celebrará el 8 de noviembre, con una gran manifestación convocada por colectivos vecinales de La Latina y Carabanchel.
Las máquinas comenzaron la demolición de la cúpula de la cárcel de Carabanchel de noche y causando un gran estruendo que hizo que muchos de los vecinos de la zona alarmaran al 112 por temor de que algo grave hubiera sucedido en el interior. Sin embargo, Instituciones Penitenciarias indicó en un comunicado que los trabajos de demolición se desarrollaban «con total normalidad y a buen ritmo».
En este sentido, negaron cualquier tipo de accidente en la caída de la cúpula, a pesar de la alerta de los vecinos.
Al conocer que la cúpula era ya prácticamente escombros, un centenar de vecinos accedieron al interior de la prisión para reclamar que parte del antiguo penal, como alguna de las galerías, se mantenga para construir en su interior un Centro para la Memoria de aquéllos que fueron represaliados por el franquismo. Sin embargo, los propios vecinos desalojaron de forma voluntaria las instalaciones tras permanecer casi una hora en su interior.
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