El Gobierno español agradeció ayer los apoyos recibidos por parte de la mayoría de países iberoamericanos a su pretensión de asistir a la cumbre económica convocada en Washington, pero insistió en que la puerta de entrada a esa cita está en la UE y rechazó la propuesta de El Salvador de que España actúe como portavoz de Iberoamérica si finalmente acude a la reunión en la capital de EE UU.
La secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, agradeció al presidente salvadoreño, Elías Antonio Saca, su propuesta de que Zapatero exponga en Washington, si finalmente va, las conclusiones que los líderes iberoamericanos adoptarán en torno a la crisis financiera internacional.
Sin embargo, Jiménez aclaró que España «no puede tener esa pretensión», que además sería «poco adecuada», de convertirse en portavoz de ningún otro de los países iberoamericanos que ya tienen un asiento en esa reunión como miembros del G-20, que agrupa a los más ricos y las economías emergentes, y al que pertenecen Brasil (que además es presidente del grupo), México y Argentina.
Zapatero se reunió con el presidente brasileño, Luis inazio Lula da Silva, en San Salvador donde asisten a la XVIII Cumbre Iberoamericana y ambos coincidieron en la importancia de que la cumbre de Washington sea productiva para reformar el sistema financiero.
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