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BARCELONA/MADRID-AGENCIAS José Luis Rodríguez Zapatero y José Montilla se reunieron ayer por espacio de tres horas en un almuerzo de trabajo en la Moncloa con sus equipos económicos que ha servido para dar un empujón a la negociación de la financiación, que deberá proseguir para alcanzar un pacto antes de fin de año. Según explicaron fuentes de los ejecutivos central y catalán, a la reunión asistieron, además de los presidentes del Gobierno y de la Generalitat de Catalunya, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, el conseller catalán de Economía, Antoni Castells, y su número dos y secretario general del departamento, Martí Carnicer.

En la reunión se habló sólo del que deberá ser el nuevo modelo de la financiación y no de la cuantía que deberá percibir Catalunya a partir del 2009, pero las posiciones aún son lejanas y los equipos económicos central y catalán deberán proseguir las negociaciones la próxima semana. Según las fuentes consultadas, Zapatero y Montilla han acercado posturas, pero admiten que aún hay discrepancias importantes porque lo que queda por cerrar «son algo más que flecos».

«Se ha avanzado en algún punto, pero las posiciones son todavía lejanas» en asuntos importantes, han agregado fuentes conocedoras de la cumbre. Ante estas circunstancias, los equipos económicos del Gobierno y de la Generalitat volverán a reunirse en los próximos días con el objetivo de poder cerrar el pacto antes de fin de año.

En este sentido, Montilla mantiene firme su posición de que el acuerdo pueda ser posible antes del próximo 31 de diciembre aunque «difícilmente» se plasme la semana que viene, mientras que en la Moncloa se remiten a las declaraciones del viernes de la vicepresidenta Fernández de la Vega, sobre el «optimismo» para llegar a un acuerdo.

Artur Mas, líder de CiU, criticó el «lamentable seguidismo» hacia el PSOE por parte del presidente de la Generalitat, lo que a su juicio deja los intereses de Catalunya bajo el «capricho» del presidente del Gobierno. Mas también pronosticó que se incumplirá el Estatut, puesto que el acuerdo será generalizable al resto de comunidades autónomas de régimen común, esto es «café para todos» según el dirigente nacionalista.