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OTR/PRESS-MADRID/BRUSELAS

El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, aseguró ayer que España no necesita de momento un segundo plan bancario similar al aprobado por Reino Unido para reforzar la estabilidad de los bancos y normalizar el crédito, pero no descartó que llegue el momento en que el Ejecutivo deba aprobar nuevas medidas para que las entidades financieras se decidan a facilitar más crédito a familias y empresas.

A la entrada de la reunión de ministros de Economía de la UE, el vicepresidente consideró que España no necesita de momento un segundo plan bancario similar al aprobado por Reino Unido para reforzar la estabilidad de los bancos y normalizar el crédito porque ni siquiera ha recurrido al primero, las recapitalizaciones realizadas por otros países de la UE, sino «lo que hemos tenido son los avales y las garantías pero no hemos tenido recapitalizaciones de momento».

Admitió que los bancos españoles, a pesar de su solidez, pueden verse perjudicados por las operaciones de recapitalización de las que se han beneficiado entidades de otros países. Aunque no quiso calificar la situación de competencia desleal, Solbes indicó que, tras las inyecciones de capital a bancos rivales que estaban en peor posición, las entidades españolas -ninguna de las cuales ha necesitado ese tipo de ayuda- han quedado «en una posición menos cómoda».

Mientras, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, dijo que nuestro país responderá «con hechos» a «los palos» recibidos por la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's y por la Comisión Europea con su revisión a la baja del cuadro macroeconómico.

Por su parte, y después de que Pedro Solbes haya advertido que al Gobierno le queda poco margen de gasto fiscal para hacer frente a la crisis, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega es más optimista y declaró ayer que «no hemos agotado todos los medios para que esto funcione». En la misma línea, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, rechazó las previsiones de la Comisión Europea para España y consideró que la tasa de paro «no llegará de ninguna manera» a lo que prevé Bruselas.