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OTR/PRESS-BILBAO/SAN SEBASTIÀN Tras los ataques de 'kale borroka' registrados durante la pasada madrugada, el candidato a lehendakari del PNV, Juan José Ibarretxe, se preguntó ayer «cómo y en qué cambiaría» el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su política para lograr la paz en Euskadi y aseguró que resultaría «una irresponsabilidad inmensa» que el jefe del Ejecutivo central no hubiera hecho «las cosas que debiera» hasta la fecha para lograr este objetivo.

Ibarretxe y, como él, casi todos los candidatos vascos que se presentan a las elecciones a lehendakari, aprovechan el último fin de semana antes de los comicios del próximo 1 de marzo para dar mítines en busca de nuevos votos. En un acto electoral celebrado en Eibar, Guipúzcoa, el lehendakari Ibarretxe contradijo a Zapatero en sus declaraciones sobre que con López se logrará avanzar más hacia la pacificación en Euskadi, y le preguntó al presidente del Ejecutivo «cómo y en qué cambiaría» su política para lograr la paz en Euskadi.

Por su parte, desde un acto electoral en la sala Niessen de Errenteria (Guipúzcoa), el secretario general del PSE, Patxi López, arremetió contra el PNV, acusándole de estar «metiendo miedo» a la sociedad contando «enormes mentiras» sobre los socialistas, porque «cree que el Gobierno es suyo y que el PSE quiere arrebatárselo». Además, garantizó que no gobernará con un PP que hace «antinacionalismo y antisocialismo», ni con un Ibarretxe que pretende «imponer una patria en la que no cabemos».

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, secundó en Bilbao la concentración convocada por la Plataforma por la Libertad de Elección Lingüística, con el fin de defender el derecho de los padres a escolarizar a sus hijos en cualquiera de las dos lenguas oficiales de Euskadi. Cospedal calificó de «dictadura» el hecho de imponer una de las dos lenguas, y aprovechó la ocasión para garantizando la libre elección de la lengua en la educación de los niños si gana el PP. La número dos de Rajoy arremetió contra Ibarretxe y cuestionó su «credibilidad» para reclamar «el derecho a decidir de los vascos», cuando su partido «no deja decidir a los padres del País Vasco en qué lengua quieren que se eduque a sus hijos».