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R.N./EFE-MADRID

El cilindro gigante de cristal que rinde homenaje a las víctimas del 11-M frente a la madrileña estación Atocha ha recibido un millón de vistas desde que se inauguró hace ahora dos años, según han informado fuentes de Renfe. El hecho es, sin embargo, el monumento se encuentra muy sucio y mal señalizado.

Al maltrecho cubo transparente se le une la desidia y división política. El Ayuntamiento de Madrid realiza hoy un sólo acto, una sencilla ofrenda floral y un minuto de silencio al que no han sido invitadas las asociaciones de víctimas. Asimismo, el Partido Socialista de Madrid (PSM) ha dado instrucciones ayer a sus cargos públicos para que no asistan hoy al acto de homenaje a las víctimas del 11-M que protagonizará la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, en señal de protesta por el cierre de la Comisión de Investigación de espionaje.

Los cargos socialistas recibieron ayer por la tarde esta indicación a través de mensajes y llamadas de teléfono, lo que ha provocado el «malestar de muchos», que consideran que «los homenajes que honran a las víctimas del 11-M no tienen que forman parte del veto de la dirección del partido a los actos institucionales de Aguirre».

La vicepresidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Angeles Pedraza, manifestó ayer su «indignación, dolor y rabia» en el quinto aniversario de los atentados del 11 de marzo de 2004 y denunció que la ausencia de actos de homenaje demuestra que para las instituciones «ya no merece la pena hacer nada por las víctimas». Pedraza reconoció que «no esperaba» que el Ayuntamiento de Madrid suprimiera el tradicional acto de recuerdo a las víctimas en el monumento situado frente a la estación de Atocha. «Estoy un poco extrañada, indignada y bastante molesta con que a los cinco años ya no merezca la pena hacer nada por las víctimas», confesó.

Además, censuró también que el Consistorio de la capital haya sustituido este acto al que acudían miembros de la Casa Real y del Gobierno, además de otros representantes del mundo político, judicial y social, por un sencillo acto floral.

En este sentido, se preguntó Pedraza si se ha hecho con la intención de «acallar la voz de las víctimas», pero advirtió de que las asociaciones siempre estarán presentes «defendiendo» sus «derechos».