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AGENCIAS-MADRID/BARCELONA El teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Fernando Burgos, pidió ayer que declaren en el juicio sobre las identificaciones erróneas de los fallecidos en el accidente del Yak-42 el ex secretario general de Política de Defensa Javier Jiménez Ugarte, que era el 'número 3' del ex ministro de Defensa Federico Trillo, y los funcionarios turcos que llevaron a cabo la recuperación de los cadáveres y su entrega a las autoridades españolas.

El representante del Ministerio Público, que realizó esta petición en la cuarta jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional, destacó el «cargo y la autoridad» que tenía Jiménez Ugarte en el momento en el que se produjeron los hechos y recordó que asumió la función de «coordinar» el contacto con las familias de las víctimas, que ayer le mencionaron «en numerosas ocasiones».

A este respecto, el primer presidente de la Asociación de Familias Afectadas por la Catástrofe del Yak-42, Carlos Ripollés, calificó de «humillantes» las entrevistas que las familias mantuvieron tras el accidente con Jiménez Ugarte, de quien dijo que «se volvía loco con amenazas», gritaba a los familiares como «un energúmeno» y les preguntaba «qué España querían formar por montar la asociación».

De igual modo, solicitó la comparecencia del fiscal turco Burham Cobanoglu, «máxima autoridad» en la morgue de Trabzon (Turquía) en la que se realizaron los trabajos de identificación de los cuerpos; del director del Instituto Forense de Estambul, que llevó a cabo los primeros análisis, y de los cuatro médicos y patólogos que intervinieron en estas tareas.

Por su parte, el presidente del Congreso y ex ministro de Defensa, José Bono, afirmó ayer que sabe «muchas cosas» sobre el accidente, y que está dispuesto a declarar si el tribunal se lo pide.

Según indicó, como ministro de Defensa posterior, tuvo la ocasión de conocer muchas cuestiones relacionadas con el siniestro. «A mí me llegaron a decir que fuese con cuidado con las familias porque lo que querían era dinero», reveló, y también que «los viajes de los militares no eran viajes de novios a Cancún, y esto dicho por el jefe del Ejército».