Caja Castilla-La Mancha (CCM), declaró al Banco de España que tuvo un beneficio consolidado en 2008 de 29'8 millones de euros, el 87'1 por ciento menos que el año anterior, pese a que perdía cientos de millones de euros. Justificó la caída de sus beneficios ficticios al incremento de las dotaciones a provisiones, que se triplicaron de los 5'4 millones a los 16'5 millones, así como las pérdidas por deterioro de activos financieros que llegaron a los 140 millones, cuando el ejercicio anterior fueron de 117 millones.
La morosidad de CCM se ha duplicado desde el mes de febrero: del 5% al 10%. De los 140 millones de pérdidas por deterioro de activos financieros, 91 millones correspondieron a inversiones crediticias.
Asimismo, la Caja, que negociaba su fusión con la andaluza Unicaja, concedió 19.536'8 millones de euros de créditos a la clientela, mientras que los depósitos ascendieron a 17.265 millones, que están garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos, hasta un límite de 100.000 euros por cliente.
Mientras, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, consideró ayer que la intervención del Banco de España en la Caja Castilla-La Mancha (CCM) tiene una «importancia relativa». En una entrevista a la cadena CNN Internacional, el jefe del Ejecutivo explicó que la CCM no presentaba un problema de solvencia, aunque reconoció que había un «riesgo» potencial de que tuviese problemas en el futuro, y por eso el Banco de España decidió intervenir.
Desde la Comunidad de Castilla La Mancha su presidente, José María Barreda, aseguró, tras reunirse con el vicepresidente económico, que ahora lo más importante es mantener la «tranquilidad» y reiteró que no ha habido ninguna operación «dudosa al margen de la legalidad» en la caja.
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