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El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, dijo ayer que debe ser la dirección del PP nacional la que elija al presidente de Caja Madrid, mientras que la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, replicó que cualquier interferencia política significa actuar de modo «ilegal».

Gallardón y Aguirre se pronunciaron ayer sobre la próxima elección del sustituto de Miguel Blesa al frente de la entidad madrileña.
El alcalde de Madrid recordó que el PP «no es un partido federal» y opinó que sobre asuntos de «trascendencia nacional» como la presidencia de Caja Madrid quien decide no es la dirección regional sino la nacional, que lidera Mariano Rajoy.

Como ejemplo de que ese es el criterio que mantiene el PP, indicó que ni él ni Aguirre fueron candidatos por decisión de la dirección regional, sino de la nacional, y subrayó que «si esas son las reglas del juego, tenemos que respetarlas en un asunto de esta trascendencia».

Poco después, Esperanza Aguirre sostuvo que la ley establece que el presidente de Caja Madrid deben elegirlo los impositores, los empleados, la Asamblea, los ayuntamientos, los empresarios y los sindicatos y que cualquier interferencia política significa actuar de modo «ilegal».

Aseguró que su compañero de filas, al que tiene «por ilustre jurista», «se equivoca de medio a medio» e insistió en que la intervención de los partidos en esta elección es «ilegal» y significa «politizar» la caja.

Aguirre recordó que el asunto «está paralizado» de momento hasta que la juez levante la suspensión del proceso electoral, en virtud del recurso que interpuso el Ayuntamiento de Madrid por el reparto de consejeros.

Asimismo, aseguró que le gustaría mucho llegar a un acuerdo con el alcalde madrileño que zanjara las diferencias de criterio entre ambos, pero admitió que la solución jurídica «no es fácil» si Ruiz-Gallardón «no retira el recurso que tiene interpuesto» contra la Comunidad.