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Miles de personas se concentraron ayer a mediodía en Bermeo (Vizcaya) para sumarse a la convocatoria de los familiares de los secuestrados en el atunero vasco Alakrana, para exigir su liberación. Representantes del Gobierno vasco y los partidos políticos vascos se unieron para reclamar la puesta en libertad de los 36 tripulantes.

La fuerte lluvia y el temporal que sacuden a la comunidad autónoma vasca no impidieron que el puerto viejo de la localidad se viera abarrotado de gente para mostrar su solidaridad con los marineros y sus familias, en un acto que se inició con un toque de sirena y bajo el lema 'Gure arrantzaleak, askatu' ('Libertad para nuestros pescadores').

Argi Galbarritu, hermana del capitán del Alakrana, pidió que se pongan en marcha las vías «políticas y jurídicas» que sean necesarias para lograr que se pueda extraditar a Somalia a los dos piratas que se encuentran en Madrid, para que sean juzgados en el país africano, proposición que, según añadió, habrían aceptado los secuestradores en una de las conversaciones.

Entre la nutrida representación política e institucional, acudió a Bermeo la consejera de Pesca del Gobierno vasco, Pilar Unzalu, y la portavoz del Ejecutivo y consejera de Justicia, Idoia Mendia.

Además, estuvo presente la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, quien destacó «la dignidad» de las mujeres y familiares de los marineros y pidió al Gobierno que «cuide la comunicación».

«Falsos orgullos»
El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, al frente de una amplia delegación jeltzale conformada también por el portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, pidió al Gobierno central y a la Audiencia Nacional que «se dejen de falsos orgullos» y hagan «todo lo posible» para la liberación de los 36 marineros.

Miles de personas, familiares, vecinos y autoridades, se manifestaron también en Vigo bajo una pertinaz lluvia.
Antonio, hermano de Pablo Costas, uno de los tripulantes secuestrados, afirmó que el apoyo «de tanta gente» es «importante» para las familias y una «ayuda» para que el Gobierno «se dé cuenta de que aquí pasa algo gordo», porque «esta movilización social ha contribuido a un cambio», remarcó.

Al llegar al punto de conclusión de la marcha, la hija del patrón del barco, Cristina Blach, leyó un manifiesto en el que pidió a los partidos políticos que «no utilicen» el secuestro del Alakrana para «lanzar reproches» y les solicitó «la misma unidad» que «mueve» a las familias de las «36 personas que están sufriendo».