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El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Àngel Moratinos, aclaró ayer que la intención del jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, era pedir «información», más que explicaciones, al mandatario venezolano, Hugo Chávez, sobre su supuesta ayuda para que ETA y las FARC entablaran una alianza.
Moratinos interpretó de este modo la reacción de Chávez al asegurar que no tiene «nada» que comentar a Zapatero y que si quiere explicaciones, que «se las pida a su canciller (Moratinos)», con quien habló el pasado lunes después de conocerse el auto del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco.
La Asamblea Nacional venezolana, de mayoría gubernamental, aprobó ayer un «pronunciamiento» en contra del caso abierto por el juez Eloy Velasco tras las intervenciones de diputados que calificaron de «infames» las insinuaciones de que el Gobierno de Chávez tenga nexos con ETA y las FARC.
Mientras, la portavoz del Consejo General del Poder Judicial, Gabriela Bravo, aseguró que respeta «las críticas a las resoluciones judiciales», pero que no comparte los «ataques personales» y los «descalificativos» a los magistrados del presidente venezolano, Hugo Chávez, que dijo de Velasco que forma parte del «juego de la extrema derecha europea» y del «ataque intenso del imperio yanqui» contra la «revolución» bolivariana y socialista.
En una apretada jornada para la diplomacia española, Moratinos se ocupó también de la relación con Cuba, y anunció que su departamento está haciendo gestiones ante el régimen castrista para tratar de evitar el fallecimiento del periodista disidente Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed desde hace ocho días, y que confía en que su caso se pueda resolver y no termine como el del también disidente Orlando Zapata.