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El ex secretario general del PP Francisco Àlvarez Cascos irrumpió ayer en el 'caso Gürtel' con unas declaraciones en las que denunció que hubo «una camarilla policial» dedicada a «falsificar papeles y preconstituir pruebas».
Lo ha hecho un día después de que Bárcenas decidiera abandonar de forma temporal su militancia en el PP, algo que la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, ha reiterado que no tiene por qué implicar su salida del Grupo Popular del Senado.
Cascos, de quien se baraja que puede volver pronto a la política activa, aseguró que la instrucción del caso Gürtel' «está viciada en su origen» porque el juez Baltasar Garzón, a quien acusó de ser una «anormalidad democrática», tiene una «animadversión pública y proclamada» hacia el PP y no se puede confiar en su «imparcialidad y ecuanimidad». Denunció además que la instrucción del caso se apoya en una «camarilla» de la Policía Judicial en la que «algunos se hicieron famosos falsificando los 'Papeles de Laos' y que son los mismos que ahora están falsificando papeles y preconstituyendo pruebas».
Las palabras del ex dirigente del PP tuvo una rápida contestación del Gobierno en boca de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, quien le ha exigido que rectifique «de inmediato» sus acusaciones o «acuda con pruebas a los tribunales».